
Sebastián Godínez Rivera
A unos días de las elecciones se han suscitado un sinnúmero de señalamientos que más
que abonar a la discusión generan desinformación. En estos tiempos donde la información
está a un tweet o a un clic; es importante recordar que no todo lo que circula es cierto o
tiene un fin de informar de forma responsable.
Durante el periodo electoral surge algo que se llama infodemia, de acuerdo al filósofo
coreano Byn Chul Han, quien la caracteriza como una oleada de información que no
necesariamente busca informar. Esto es lo que ha pasado con los supuestos apagones y
los “intentos” para repetir la caída del sistema a manos del entonces Secretario de
Gobernación, Manuel Bartlett, en 1988.
Las preocupaciones son en vano debido a que el Instituto Nacional Electoral (INE) en cada
Junta Distrital y Local cuenta con plantas de luz propia. Esto se comprobó durante los
apagones que sufrió el territorio nacional, los trabajos del árbitro no se detuvieron.
Asimismo, desde que la autoridad solicitó el presupuesto para las elecciones se
cuantificaron 100 plantas de luz , previendo que algo pudiera pasar el día de la jornada.
Hasta este punto, el INE cuenta con soluciones y herramientas para atender una posible
falla en el sistema eléctrico. Ahora bien, hay voces que insisten en que “el INE de
Guadalupe Taddei se está poniendo de acuerdo con Bartlet para consolidar un fraude”.
Estas afirmaciones sin sustento han recorrido el internet y han sembrado la discordia rumbo
al 2 de junio; hay diversos factores que deben ser considerados y que desmienten esta
noticia falsa.
En primer lugar, las fallas en el sistema eléctrico corresponden a todo el territorio, no son
“ensayos o pruebas” para bajar el switch el día de los comicios. Esto no es un consuelo, las
fallas afectan a hogares, escuelas, empresas etc y el INE cuenta con el mobiliario necesario
para hacer frente a un escenario adverso. La luz no faltará y el sistema de resultados
preliminares “no se caerá”, ni se callará, como advierte la periodista Martha Anaya en su
texto 1988: el año que calló el sistema.
Por otro lado, el INE ha estado haciendo simulacros con el Programa de Resultados
Preliminares Electorales (PREP) con el objetivo de estresar el sistema y ponerlo a prueba.
Hasta el momento se han realizado dos simulacros y estos han demostrado que el PREP ha
resistido al flujo de información que deberá circular en la noche del 2 de junio, por ende las
tendencias se darán a conocer la misma noche, de acuerdo a la conferencia que dio el
Comité Técnico del PREP.
Un tercer elemento que desmiente las afirmaciones es que el INE es autónomo y ya no
depende de la Secretaría de Gobernación o alguna dependencia estatal como era en el
pasado autoritario. La famosa caída del sistema se dio en 1988 debido a que se apagó el
programa y NO se habían recibido los votos de las entidades más lejanas.
Actualmente, el INE no tiene injerencia del gobierno y sin hablar de la formación política o
simpatía de algunas consejerías, lo cierto es que todo se ha preparado con minuciosidad
para que la gente tenga certeza que sus votos valen y se cuentan bien. Si bien, las críticas
hacia la consejera presidenta han sido fuertes, son válidas al ser una funcionaria; no
obstante, la desinformación bajo ninguna de sus formas es válida.
Encima de estas explicaciones, supongamos que la noche de la elección falla el PREP y
hay fallas en el sistema eléctrico. Cabe destacar que el programa de resultados es
alimentado con una muestra de casillas; el día de la jornada se elabora un acta PREP y
esta contiene las cifras que sirven para exponer las tendencias. Los datos de dichos
documentos no pueden ser alterados, robados, modificados o alterados.
De cualquier forma los datos del PREP no son definitivos, ni tienen un valor legal son
meramente informativos; las cifras y el proceso que tiene una validez son los cómputos
distritales. El primero sirve para dar tendencias y no tener a la ciudadanía en la
incertidumbre, pero esto no implica que lo que se proyecta sean resultados definitivos
indiscutibles. Mientras que el segundo ya es una herramienta legal y de procesamiento de
los resultados por las casillas en los distritos.
Las elecciones se han planificado con un calendario minucioso y distribuído por actividades,
aunado a la intervención de las y los funcionarios del Servicio Profesional Electoral
Nacional, la rama administrativa, el personal eventual y quienes fungen como funcionarios
de casilla. Desinformar, no es más que mermar la preparación de los comicios y con ello la
legitimidad de las elecciones; lamentablemente el alcance de algunas personas es mayor a
la del instituto y a pesar de que existe una cuenta del INE para desmentir esto, no tiene la
potencia para hacer frente a la infodemia.
En las democracias modernas y en un mundo interconectado las fake news se propagan de
forma rápida y esto ha obligado a las autoridades electorales a iniciar una cruzada contra
ellas. Desde que inició 2024 ha habido varios comicios en América Latina y las noticias
falsas hacen presencia en cada proceso electoral, por ejemplo:
1) El Tribunal Superior Electoral de El Salvador fue víctima de mensajes que decían que los
votos ya se habían contado antes de cerrar las urnas.
2) En Costa Rica el Tribunal Electoral informó que fue víctima de una campaña que
promovía un fraude electoral.
3) En República Dominicana la Junta Central Electoral se dedicó a combatir mensajes de
que se estaba cooptando el voto para realizar un fraude, antes de que la autoridad
anunciara los resultados.
Finalmente, son varios los ejemplos en América y el mundo, el INE es un objetivo más de la
desinformación que surge día a día. No debemos normalizar estos hechos, sino combatirlos
con información y siendo responsables de cada publicación, de continuar por este rumbo la
democracia no solo se debilitará sino que corre el riesgo de perecer. Las fake news son un
nuevo virus que ataca a las democracias y es importante que estas se vacunen contra ellas.
PD. Asimismo, existe mucha desinformación sobre la nulidad de la elección y la falta
de magistrados en la Sala Superior.
