Sebastián Godínez Rivera

Las reformas judiciales en el mundo no siempre tienen que ver con la acumulación de poder, existen ejemplos de cambios que favorecen a este poder. Serbia es un país ubicado en Europa en la zona de los Balcanes. En 2022 tras un referéndum constitucional, la gente optó porque el gobierno ya no pueda nombrar magistraturas, sino que lo hagan colegios de académicos y los mismos jueces.

El objetivo de la reforma era fortalecer la independencia del Poder Judicial, de cara a  que el ejecutivo ya no tuviera tanta influencia en la designación de jueces y fiscales. Los cambios implicaban la formación de un Alto Consejo Judicial integrado por 11 personas: 6 jueces designados por el propio Poder Judicial, 4 por la Asamblea Nacional y el presidente del Tribunal Supremo. De esta forma, los nombramientos y remociones quedan a cargo del propio poder, aunado a la intervención de destacados miembros de la academia que valorarían el desempeño en los cargos.

También se suprimió de la Carta Magna serbia la cláusula del mandato de prueba de los 3 años; esta funcionaba como un contrato temporal utilizado por el Ministerio de Justicia para evaluar el desempeño de los y las juzgadoras. Sin embargo, su existencia implicaba una dependencia entre los poderes judicial y el ejecutivo, entendida como una emisión de sentencias o veredictos que respondían primero a mantener el cargo, en vez de garantizar la justicia o la imparcialidad.

Pasado este tiempo, los y las jueces podían adquirir ya un cargo definitivo en el Poder Judicial el cual era otorgado por el Ministerio de Justicia; de tal forma el control político predominaba en las sentencias. De tal forma, la independencia judicial se veía mermada y los juzgadores tomaban decisiones apostando por satisfacer al poder político, en aras de conseguir el trabajo.

Mientras tanto, para las fiscalías se constituiría el Consejo Superior de Fiscales integrado por 11 personas: 5 fiscales, 4 destacados juristas designados por dos tercios de la Asamblea Nacional y el Fiscal Supremo. Los pasos que dio Serbia en materia judicial se realizaron en medio de la solicitud para ingresar a la Unión Europea, no obstante, se debe tener presente que los riesgos de corrupción siguen presentes y pueden reducirse mediante el nombramiento de candidatos profesionales, competentes, morales y adecuados como miembros del Consejo Superior de la Magistratura y del Consejo Superior de la Fiscalía..

Este modelo donde interviene el Poder Judicial  y la academia en la evaluación y designación de jueces implica un paso en la independencia de un poder, pero también en la profesionalización de perfiles que aspiran a mejorar el acceso a la justicia. En Serbia se tenía presente que no solo con la salida del gobierno en la designación se avanzaría, sino que la carrera judicial necesita de perfiles ilustrados, técnicos y competentes.

En conclusión, la reforma serbia es una de las buenas prácticas que deberían abordarse en contextos de discusión. La academia y los juzgadores son una mancuerna que fortalece la división de poderes y con ello, la profesionalización del trabajo de las y los jueces. ¿En México cuándo se incluirá a la academia en la toma de decisiones?