
Sebastián Godínez Rivera
En la segunda mitad de la década de los años 90 el autoritarismo entró en declive, las demandas de la sociedad de elecciones limpias y autoridades independientes se volvieron realidad. México presenció en 1994 una reforma al Poder Judicial con la cual la Corte se volvió árbitro entre poderes y un equilibrio para el sistema; en ese mismo año se creó la figura de consejeros ciudadanos del Instituto Federal Electoral (IFE), pero este aún era presidido por el Secretario de Gobernación.
Sin embargo, en el ámbito electoral fue el año de 1996 cuando Gobernación salió del Consejo General del IFE; mientras que en el tema jurisdiccional nació el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y se incorporó a la estructura del Poder Judicial. La democratización mexicana necesitaba de nuevas instituciones que dieran certeza a la gente y protegiera sus derechos; fue hasta este año cuando al tribunal se le asignó la facultad de calificar la elección presidencial, con esto el gobierno ya no tenía injerencia en los resultados de los comicios.
También sus sentencias se volvieron definitivas e inatacables con lo cual esta autoridad se fortaleció; ya no eran sugerencias como en el pasado sino que ahora sometía a los actores políticos a sus decisiones. Cabe destacar que desde su primera integración (1996-2006) solo se incluyó a una mujer en el pleno, la magistrada Alfonsina Berta Navarro Hidalgo quien se convirtió en una jueza relevante y que sobre todo, presenció y participó en la transición política de México.
Para su segunda integración (2006-2016) el TEPJF presenció la llegada de una segunda mujer, María del Carmen Alanís Figueroa y que además se convertiría en su presidenta (2007-2011). A la par de la primera magistrada presidenta, la transición democrática generó cambios luego del complejo proceso electoral celebrado en 2006.
En 2007 se reformó la ley electoral y el tribunal sufrió cambios, por ejemplo: 1) las Salas Regionales ya no eran intermitentes como en el pasado, es decir, solo cuando había elecciones; 2) se les dio la facultad de resolver los recursos de apelación y los juicios de revisión constitucional; y 3) la Sala Superior adquirió la facultad para declarar la nulidad de la elección presidencial.
El andamiaje jurisdiccional mexicano se volvió más robusto en aras de garantizar la democracia, el pluralismo y los derechos político electorales. En 2014 se celebró una reforma electoral, con la cual surgió la Sala Regional Especializada, encargada de resolver asuntos de propaganda, actos anticipados de precampaña y campaña, comunicación política entre otros. Continuando con la narración, para la tercera integración de la Sala Superior (2016-2026) llegaron dos mujeres, las magistradas Janine Otálora Malassis quien sería la segunda presidenta (2016-2019) y Mónica Aralí Soto Fregoso quien encabeza el tribunal desde enero de 2024.
Sin embargo, el TEPJF no ha estado exento de polémicas, puesto que desde 1996 hasta 2024 ha tenido 16 presidentes de los cuales solo dos han cumplico con su periodo completo: José Luis de la Peza (1996-2000), María del Carmen Alanís Figueroa (2007-2011). También ha tenido tres presidencias interinas, José Alejandro Luna Ramos (2006) y Felipe Fuentes Barrera en dos ocasiones (2019-2020 y 2021).
Además, ha tenido dos presidencias paralelas, sobre todo cuando en 2021, entre el 4 y 9 de agosto la titularidad del tribunal estuvo en disputa entre José Luis Vargas Valdés quien había sido destituido de la presidencia por sus compañeros. Entonces, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón fue electo por el pleno. Aunado a lo anterior, el TEPJF tuvo una nueva crisis entre diciembre de 2023 y enero de 2024, en pleno proceso electoral concurrente, cuando la mayoría de magistrados solicitaron la renuncia del presidente y eligieron a Mónica Soto.
Al revisar las cifras de la historia del Tribunal, es posible enunciar que al igual que el Tribunal de lo Contencioso Electoral y el Tribunal Federal Electoral tiene una falla congénita. Esta vez no es de facultades o de campos jurisdiccionales, sino en su actuar el cual parece ser más político que jurídico; es imposible ignorar que las magistraturas son personas con intereses, filias, fobias y aspiraciones, esa es la esencia de cualquier persona en el poder si se analiza desde la Ciencia Política y no desde el Derecho.
Sin embargo, a diferencia de algunas excepciones dentro del Poder Judicial, varios magistrados han sido polémicos en su actuar. El problema no es institucional, sino sobre el comportamiento de sus integrantes, lo cual genera que las críticas se arrecien dese el poder, la oposición y la misma ciudadanía. No obstante, en los últimos años existe una obsesión por los actores políticos para reformar el tribunal, en 2022 se propuso una reforma que pretendía limitar sus funciones; también el ejecutivo propuso que sus miembros fueran electos por voto popular.
A esto se suma que en 2023 el Senado ha sido omiso para nombrar a dos magistraturas que terminaron su periodo, por lo tanto, el tribunal cuenta con 2 vacancias. Esto generó tensión porque la ley establecía que se necesitaban 6 magistraturas para calificar la elección presidencial, sin embargo, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece que ante vacancias, el pleno podrá llamar a una magistratura de las Salas Regionales para ocupar un asiento y así calificar la elección.
Fue así como el 18 de julio, la magistrada Claudia Valle Aguilasocho se convirtió en la quinta mujer en llegar a la Sala Superior, pero sólo para la calificación de la elección presidencial. De esta forma el tribunal sigue incompleto, lo cual se ha interpretado como un intento para mermar su funcionamiento. No obstante, tras los comicios del 2 de junio y la victoria de Morena, el Poder Judicial y el TEPJF se encuentran amenazados por quienes proponen nuevamente que sus miembros sean electos por el voto popular.
En conclusión, el panorama no es alentador para las instituciones electorales, pero es importante mencionar que es preferible tener autoridades perfectibles a colonizadas por el gobierno o que no garanticen la democracia. A 28 años de la fundación del TEPJF es importante reflexionar sobre sus fortalezas y debilidades en aras de construir un país más justo y democrático. Este texto solo es un breve repaso por la historia de esta institución y sus antecedentes que celebran la fundación de esta institución. ¡ Felices 28 años !
