Sebastián Godínez Rivera

El panorama electoral para las elecciones municipales de octubre se ha ido calentando entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el bolsonarismo. El regreso del expresidente Jair Bolsonaro al país solo ha dotado de fuerza a sus seguidores quienes han demostrado su fuerza en las calles en Sao Paulo. Mientras que Lula Da Silva, no ha podido reducir los niveles de polarización, aunado a que sus posturas para condenar el fraude en Venezuela le ha restado popularidad.

La disputa en el gigante sudamericano se debe a que el juez constitucional, Alexandre de Moraes ha dictado una sentencia que suspende a la red social X debido a que Elon Musk se negó a eliminar perfiles señalados por desinformación. El bolsonarismo con su característica playera verde-amarella salió a las calles y exigen juicio contra De Moraes a quien señalan de ser un “dictador”; el expresidente llamó a detener a este juez y poner fin a su dictadura.

Cabe destacar que la disputa entre Bolsonaro y De Moraes no es nueva, sino que se remonta al ballotage de 2022, cuando el primero perdió la presidencia frente al actual mandatario. El exmilitar acusó que las urnas electrónicas provocaron un fraude y por eso perdió; sin embargo, el clima continuó escalando cuando el entonces presidente Bolsonaro se negó a reconocer su derrota y permaneció en silencio por tres semanas.

Esto provocó un cisma en el sistema político, lo cual detonó protestas del bolsonarismo a los largo y ancho del país, quienes pedían a los militares un golpe de estado. Sus exigencias no quedaron en palabras, sino que pasaron a la acción. Similar a lo que ocurrió con la toma del Capitolio en Estados Unidos, ciudadanos enardecidos tomaron las sedes de los tres poderes; el Palacio de Planalto, la Cámara de Diputados y el Senado Federal y el Tribunal Superior de Justicia.

Buscaban impedir que Lula tomara el poder y evitar que “el país transitara al socialismo”, derivado de esto se giraron órdenes de aprehensión y se abrieron investigaciones contra Bolsonaro y varios funcionarios. De Moraes se encargó de confrontar al presidente debido a sus acusaciones de fraude y luego se convirtió en uno de los jueces que más ha investigado al ex militar. Desde entonces, comenzó a difundirse un discurso de que quieren encarcelarlo porque es el único que puede salvar a Brasil; una retórica similar a la de Donald Trump.

La calle se ha convertido en la principal arena política, mientras Lula en la ceremonia cívica del día de la independencia respaldó a Alexandre de Moraes, Bolsonaro y el gobernador de Sao Paulo, Tarciso de Freitas llamó a defender la libertad. La ciudadanía extasiada aplaudió la persecución del juez; aunado a que se manifestaron con carteles que tenían la foto de los presidentes Milei y Bukele y los ex mandatarios Bolsonaro y Trump. Sin embargo, la disputa no queda solo en las calles, sino también en el ciberespacio.

En varias redes sociales, los internautas bolsonaristas llaman a hacer frente al lulismo y al socialismo y de esta forma pavimentar el regreso de Bolsonaro para 2026. Asimismo, el empresario sudafricano Elon Musk se ha revelado contra el juez De Moraes y ha compartido memes, mensajes en los que lo llama dictador y en los cuales convoca a los brasileños a defender la libertad de expresión. Esta discusión se enmarca en medio del debate de las Ciencias Sociales, las cuales buscan soluciones para contrarrestar las fake news, la desinformación y la influencia de las redes socio digitales en la política.

Algunas propuestas pugnan por su regulación argumentando que estas pueden convertirse en un quinto poder, además, se han convertido en un canal para conectar con electores y ciudadanía. Mientras otras posturas proponen no hacer nada, ya que establecer una regulación implicaría limitar la libertad de expresión. El debate no es fácil, puesto que ambos posicionamientos tienen puntos a favor y en contra, no es un debate fácil y mucho menos debe tomarse a la ligera.

Mientras tanto, el camino para los comicios municipales se va calentando debido a la polarización entre lulismo y bolsonarismo. Un escenario muy factible es que los resultados subnacionales marcarán un parteaguas en Brasil, los ganadores y perdedores servirán como impulso o freno para un Bolsonaro que busca volver al poder y un PT que ha personalizado el poder en Lula.

Los resultados de las elecciones de 2022 no fueron alentadores para la izquierda, puesto que por sí solo el bolsonarismo se convirtió en la principal fuerza en el legislativo. Estaremos a la espera de la designación de candidaturas y por supuesto de las elecciones, empero, el gigante sudamericano no tiene un futuro tranquilo, al contrario, mientras más se acerquen los comicios más turbulento se volverá el panorama.