
Sebastián Godínez Rivera
El domingo 29 de septiembre, Austria celebró comicios legislativos de los cuales deberá surgir un nuevo gobierno. Como país con un sistema parlamentario, el Canciller surgirá de la mayoría o de una coalición. El Partido de la Libertad fue el triunfador de las elecciones, por primera vez la derecha nacionalista se ha impuesto como primera fuerza. En el mundo existe una tendencia de liderazgos y partidos outsiders o antisistema que ganan el poder.
Como afirma el politólogo Jean Werner-Muller en el texto ¿Qué es el populismo?, estos personajes capitalizan el malestar con la inmigración, los casos de corrupción y utilizan una dosis de miedo para cosechar votos. Asimismo, estos partidos nacionalistas han logrado impulso debido a que otros han ganado el poder como Ley y Justicia en Polonia, Fidez en Hungría, el Partido por la Libertad de Países Bajos.
Austria se ha sumado a esta ola de partidos nacionalista o nacionalpopulistas, como los llaman Matthew Goodwin, Roger Eatwell o Steven Forti. El Partido de la Libertad recurrió a un discurso contra la inmigración y de denuncia hacia el oficialismo por sus escándalos de corrupción. Una de las razones para entender su victoria ha sido el euroescepticismo que recorre el continente.
Además, el presunto caso de corrupción de 2017, cuando los fiscales anticorrupción iniciaron una investigación que involucraba a su partido y al Ministerio de Finanzas. El entonces Canciller, Sebastian Kurz del Partido Popular fue señalado de malversación de fondos con el objetivo de posicionar a su partido a través de encuestas manipuladas. Los hechos obligaron a Kurtz a renunciar a su cargo en 2021 y nombrar a Alexander Schallenberg como su reemplazo.
El gobierno de Schallenberg sólo duró dos meses y en diciembre del mismo año renunció como cabeza de gobierno; luego entonces, fue sucedido por Karl Nehammer. Su administración se caracterizó por diversos cambios de ministros en carteras y lograr mantener la coalición con los Verdes. Tras los resultados electorales, el Partido Popular quedó en segundo lugar con el 26.3% de la votación, seguido por los socialdemócratas con 20.4%; despùes tenemos a Nueva Austria con 8.8%, a los Verdes con 8.7% y el Partido de la Cerveza con 2.1%.
Como podemos ver, la ciudadanía austriaca no otorgó una mayoría absoluta a Libertad, al contrario, para formar gobierno deberá construir una coalición. Mientras tanto, los resultados de los otros institutos políticos muestran que podrán fungir como contrapeso al nuevo oficialismo. Por lo tanto, decir que el nacionalismo gobernará sin contrapesos sería descabellado y poco científico.
De la tercera fuerza al nacionalismo 1956-2005
Las preocupaciones que ha generado esta victoria, proviene de que el partido fue fundado por Anton Reinthaller, un fiel seguidor del nazismo y que fungió como Brigadier del Führer, Adolf Hitler. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Reinsthaller fue enjuiciado por un tribunal austriaco y condenado a tres años de prisión. Al salir en 1950, se convirtió en un defensor de lo que denominó tercera fuerza , es decir, la construcción de una opción que no tenía que ver con el Partido Popular y tampoco con los Socialdemócratas.
Durante este periodo el partido tuvo otros 3 liderazgos que se mantuvieron en el centro político y la moderación. Jorg Haider fue dirigente del partido entre 1986 y 2000, fue gobernador de la provincia de Carintia y el impulsor de los tintes nacionalista del partido. La historia comienza cuando fue gobernador, ya que en esa provincia hay una gran cantidad de habitantes eslovenos que no hablan alemán, entonces Haider comenzó a prohibir toda lengua que no fuera la alemana.
Derivado de lo anterior, un tribunal ordenó al gobernador reconocer ambas lenguas y lo conminó a que fueran utilizadas. No obstante, continuó siendo un líder polémico debido a que trató de justificar que Austria no persiguió a los judíos durante el Holocausto; también reconoció y alabó la política económica implementada durante el Tercer Reich; y emprendió campañas de xenofobia y contra el Islam.
Durante ese periodo varios actores políticos cuestionaron sus posturas los cuales les parecían discriminatorias. Empero, ante los ojos de muchas personas Haider era un defensor de los «verdaderos austríacos»; ganando la simpatía de varios sectores sociales. Tras la salida de Haider, el partido tuvo varios liderazgos como el de Susanne Riess-Passer (2002) quien fue vicecanciller y Ministra del Deporte; Herbert Haupt (2002) quien ocupó el mismo cargo.
El retorno del nacionalismo (2005-2024)
El partido intentó suavizar su imagen y convertirse nuevamente en la tercera fuerza, pero en los hechos no fue así. Austria cuenta con un sistema multipartidista atomizado, es decir, existen cinco o seis partidos que tienen posibilidades de formar gobierno o integrar una coalición. Frente a este escenario de competencia el Partido de la Libertad se mantuvo alejado del radicalismo hasta 2005 cuando Heinz Christian Strache asumió como líder.
Strache comenzó a adoptar una postura xenófoba y de denuncia sobre los los turcos que viven en la capital, Viena. Además denunció que los extranjeros deformaban el acento del alemán, impulsó una campaña en contra del Islam y convocó al llamado patria en el corazón, para enaltecer el orgullo austriaco. En 2017 formó parte de la coalición gobernante junto al Partido Popular y fue nombrado Vicecanciller; sin embargo, dimitió en 2019 luego de que en un audio se escuchó que presentó a su hija con un millonario ruso que solventaría su campaña y a su partido.
Derivado de estos hechos, el parlamento impulsó una moción de censura; su salida de la política parecía definitiva luego de que en los comicios de 2019 perdiera las municipales. Strache reapareció en 2020 y en 2021 volvió a asumir la dirección del partido. Tras los comicios de septiembre de 2024, logró que por primera vez el Partido de la Libertad se convirtiera en la primera fuerza político; un logro respetable.
Sin embargo, luego de las elecciones comenzarán las negociaciones entre partidos para formar una coalición. A pesar de tener un mensaje contra el establishment, necesitará de otras formaciones para investir una nueva administración. Como en todo sistema parlamentario pluripartidista, el diálogo será parte de la tarea política para la construcción de un nuevo gobierno, lo cual no es nuevo para los austriacos que tienen uno de los modelos de coalición más antiguos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La victoria de la Libertad se enmarca en un contexto de malestar con los partidos gobernantes, pero no hay un desplome en los índices de votación como en otras partes del mundo. Al contrario, mantienen un índice considerable de porcentaje que puede generar un sistema de contrapesos. El electorado optó por un cambio en el oficialismo federal, pero no al punto de castigar a los otros partidos y mermar su capacidad de acción
En conclusión, el triunfo de la derecha nacionalista en Austria no es un hecho aislado, sino que responde a las dinámicas de pedor dentro y fuera de los países. Por otro lado, el Partido de la Libertad deberá establecer el diálogo para formar gobierno; de esta forma habrá control sobre el oficialismo y es una forma de garantizar el equilibrio de fuerzas. A diferencia de otras opiniones vertidas, no considero que deba existir un alarmismo sobre el futuro gobierno austriáco.
