Sebastián Godínez Rivera

El 5 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de Estados Unidos en las cuales Donald Trump salió vencedor y volverá a la Casa Blanca en enero de 2025. La derrota de la candidata demócrata, Kamala Harris, no fue estrepitosa, pero hay varios elementos que configuraron un escenario adverso.

La derrota de Kamala Harris frente a Donald Trump no es una sorpresa, sino que hay elementos que fueron conformando ese escenario. Desde la apuesta por Joe Biden hasta enfocarse en un discurso tradicional. En política no hay casualidades, la derrota está marcada por algunos elementos que no fueron atendidos.

Los republicanos no solo se hicieron con la presidencia, sino que también con la mayoría en el Senado y la tendencia para retener la Cámara de Representantes. Estados Unidos tendrá un gobierno unificado, aunado a que en la Corte Suprema los republicanos cuentan con una mayoría de 6 jueces sobre 3 demócratas. Más allá de todo lo que se pueda decir de Trump, también es importante analizar los elementos que llevaron a una derrota de los demócratas.

La infodemia y las encuestas

En las redes circularon diversas encuestas o pronósticos que mostraban una ventaja de Harris sobre Trump y un empate. La sociedad en general no ha aprendido a discriminar información o buscar antecedentes en los cuales las encuestadoras fallaron como en el caso del ballotage presidencial en Argentina entre Javier Milei y Sergio Massa en 2022; también en 2015 las encuestas daban triunfadora a Hillary Clinton sobre Trump; y finalmente el plebiscito de 2015 con el cual Reino Unido dejó la Unión Europea.

Las encuestas han abonado a la desinformación puesto que la mayoría de ellas carecen de una metodología propia y objetiva. Una hipótesis es que las que reflejaban el triunfo de Harris pudieron dar una sensación de triunfalismo en ciertos estados que se identificaron como demócratas. Asimismo, la apuesta por los swing statesestuvo marcada por constantes viajes, si bien por el número de votos pueden definir la elección lo cierto es que estratégicamente todas las entidades cuentan.

Los mapas mostraban una tendencia del voto a favor de Harris en las costas este y oeste y daban la ventaja en 6 de 7 swing states. Sin embargo, Trump ganó la totalidad de estos Arizona, Nevada, Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte y Georgia. La contendiente demócrata apostó su capital en esas entidades.

Una estrategia geográfica errónea

Ligado al elemento anterior, Harris solo ganó 18 entidades y no necesariamente los que aportan mayor número de votos. Los demócratas sólo se impusieron en el Pacífico y el Atlántico, regiones que históricamente han optado por el partido del burro. En el centro del país fueron borrados del mapa (a excepción de Colorado y Nuevo México) y lo mismo ocurrió con el famoso Cinturón de Óxido, región caracterizada por ser una zona donde habita la clase obrera; está integrada por los estados de Illinois, Indiana, Michigan, Missouri, Nueva York, Ohio, Pennsylvania, Virginia Occidental y Wisconsin.

A pesar de que Harris apostó por Tim Walz, gobernador de Minnesota esto no fue decisivo; pero cabe destacar que Trump también apostó por un miembro del Cinturón del Óxido, J.D. Vance senador de Ohio. Los demócratas apostaron por un personaje regional que no necesariamente tradujo su apoyo en votos, solo retuvieron Nueva York, Illinois y Minnesota. A diferencia del trumpismo quien conquistó mayor número de estados que le dieron una victoria aplastante.

En esta zona geográfica los compañeros de fórmula fueron decisivos, mientras Walz fue asociado al establishment y a la élite del partido. Mientras que Vance tiene una historia que ha explotado, basada en que era un obrero, pero a través de la superación logró convertirse en empresario. Un mensaje que impacta en el electorado puesto que Estados Unidos es una nación marcada por la meritocracia, el esfuerzo y que disfruta de estas historias que representan el American Way of Life.

El factor Biden

A pesar de que Joe Biden renunció en su contienda por la Casa Blanca, considero que lo hizo de manera tardía. A dos meses de la Convención Demócrata y a tres meses de los comicios, su figura dañó al partido que aspiraba a mostrarlo como una barrera contra el trumpismo. Su avanzada edad y el desgaste generaron una reacción de rechazo por parte del electorado estadounidense.

Asimismo, la llegada de Harris al escenario político no fue suficiente para que los demócratas remontaran en la contienda. Al contrario, fue su constante cercanía y alusiones a Biden lo que la hizo ver como la continuidad de un liderazgo débil. Sobre todo, en un mundo cambiante donde los autoritarismos como Rusia y China cada vez cobran mayor relevancia; la guerra en Ucrania e Israel ha mostrado la debilidad de la que fuera una superpotencia; la política cauta hacia México y América Latina.

Al ser vista como una extensión de la administración Biden, el voto osciló en favor de un candidato que propone dar la cara y enfrentar los puntos débiles de la agenda de gobierno. El endurecimiento hacia México, el acercamiento con Netanyahu y Putin y la promesa de reactivar la economía y regresar a la gloria a Estados Unidos fueron propuestas más simples, pero que permearon en el electorado.

Aunado a que Harris endureció su discurso a tres semanas de la contienda, lo cual mostró un intento por captar otros votos y que en algunos casos chocaban con su retórica inicial. El destacar los valores tradicionales de libertad, democracia e igualdad han perdido terreno en la sociedad norteamericana. Utilizar un discurso desgastado y que se ve rebasado por la agresividad del trumpismo y la política de las emociones.

El apoyo de los expresidentes

Como en varios procesos electorales la candidata demócrata recibió el apoyo de la élite del partido, es decir, los Clinton, los Obama, los Biden y el expresidente James Carter quien cumplió 100 años. Las imágenes y la campaña de respaldo sólo exacerbó el discurso trampista que cuestiona a las cúpulas partidistas; a pesar, de tener una base social importante lo cierto es que el trumpismo se enfocó en señalar los errores del pasado y personificar los ataques, por ejemplo, destacar que los Clinton insisten en mantener el poder; los fracasos políticos de Biden; y en especial señalar de la crisis económica y la migración a la familia Obama.

Harris mantuvo este respaldo a lo largo de su campaña, empero, fue un arma de doble filo ya que se mostró como la continuidad de esos gobiernos demócratas que han abonado a la decadencia de los Estados Unidos. No obstante, el ocaso de este país se debe a diversos factores económicos, políticos, sociales y geopolíticos que han disminuido la influencia de esta nación. Pero el trumpismo ha logrado dar rostro a sus adversarios a los cuales culpa de profundizar la crisis y desplazar los valores tradicionales.

A manera de conclusión…

Si bien el objetivo del texto es explicar algunos elementos que explican la derrota de Kamala Harris en los comicios, quiero destacar que no son los únicos. Sino que tomé estos porque considero que son importantes para explicar los fallos en su campaña a través de 3 ejes: la desinformación, una estrategia territorial y electoral que se enfocó en bastiones demócratas y los señalamientos contra el establishment.

Sin embargo, no ignoro que pueden existir otros como la personalización del poder en Donald Trump, el malestar con la democracia y las instituciones e incluso la propia campaña que hizo viral al republicano bailando la famosa canción de Village People YMCA y se volvió trending topic. Escenarios y variables dependen de quien analice, pero considero que hubo algunos errores que no solamente les llevaron a perder la presidencia, sino a ambas cámaras del legislativo.

En conclusión, los demócratas deberán entrar en un periodo de reflexión sobre su derrota, discurso, agenda política y miembros que no necesariamente han dado los frutos necesarios. Mientras tanto, Harris aceptó la derrota y pidió una transición pacífica; por el otro lado, el trumpismo arribará a la Casa Blanca por cuatro años más.