Sebastián Godínez Rivera

Los integrantes de la Cuarta Transformación señalan que encabezan una revolución sin violencia. Considero que este argumento es valioso y de suma importancia para entender el tipo de proyecto que se busca imponer. Arnaldo Córdova (1977) a lo largo del libro sobre La ideología de la Revolución Mexicana, se pregunta ¿Qué tipo de Revolución fue la de 1910?. Entre ellas caracteriza lo que es una transformación populista, política y social.

Revolución PolíticaRevolución PopulistaRevolución Social
Propone la demolición de las instituciones pasadas, para establecer las nuevas.Establece una política de masas para suprimir la revolución social.Se instrumentan reformas sociales para satisfacer a las masas.
Mantiene las relaciones de poder.Caracterizada por un sistema paternalista y autoritarioLas demandas del pueblo se implementan en el proyecto de gobierno.
El orden y las instituciones son impuestas por el Estado.El régimen asume la defensa de la propiedad privada y opta por el desarrollo capitalista.Existe un reformismo que fortalece a los sectores mayoritarios de la población.
Los proyectos del Estado son los ejes en los que se sustenta la nación.El Estado establece un modelo corporativoModifica las relaciones de poder entre pueblo y gobierno.

Tabla elaborada por: Godínez Rivera Sebastián el 19 de febrero del 2021 con información de: Córdova  Arnaldo. (1977). La ideología de la Revolución Mexicana. México: Era: el 19 de febrero de 2021.

El proyecto de la 4T responde a una revolución populista ya que todos los rasgos caracterizan la ideología del nacionalismo revolucionario y la cual fue defendida por López Obrado. Es pertinente realizar los matices sobre la distancia histórica entre la lucha de 1910 y la autonombrada 4T. En México desde 1988 se acabó el reparto agrario y con las reformas liberalizadoras se optó por hacer propietarios a los ejidatarios para que pudieran decidir sobre su terreno.

El proyecto político de la 4T pugna por la universalización de los programas sociales como parte de la justicia social que se ha dejado atrás. El carácter autoritario y paternalista vuelve en un contexto de globalización, pero sobre todo en un México que hace ya 30 años dejó atrás un paternalismo arraigado.

La 4T con sus acciones y las atribuciones de vocera del pueblo, propone una vuelta al sistema paternalista donde el Estado es el timón del desarrollo y regulador de la vida social, La visión autoritaria incluso en la cultura política, pareciera reducir a la población a una incapacidad de decidir, por lo tanto, necesitan de un gobernante que muestre el camino a seguir. Morena refuerza la visión de un gobierno autoritario y paternalista que concibe al pueblo como incapaz de decidir.

La autodenominada Cuarta Transformación no es una revolución política, la cual responde a que busca demoler algunas instituciones creadas durante el periodo neoliberal, sino que esta acción pretende la concentración de poder. Córdova (1977) propone que una revolución política busca destruir el viejo orden y levantar uno nuevo, lo cual no se ve en el proyecto morenista. Aunado a una nula intención de modificar las relaciones de poder, pues los empresarios, grupos de interés y demás actores mantienen los privilegios y métodos de acción que se remontan al corporativismo cardenista.

Tampoco busca dotar a la sociedad con una nueva visión de cultura política, sino que reduce a su base social como plataforma de apoyo a su gobierno. La meta es regresar a un modelo donde la opinión del ciudadano sólo importa en los comicios. Aunado a los proyectos de consultas populares sobre los megaproyectos que buscaron tener un respaldo mínimo de la sociedad y en el cual el mandatario sustentara sus acciones.

Finalmente, una revolución social por parte de Morena es difícil de catalogar, ya que reactiva los derechos del siglo XX y los promociona como si fueran conquistas de su gobierno. Si bien la principal reforma social de su gobierno han sido los programas que dejaron de focalizarse y se volvieron derechos constitucionales. Incluso en la retórica, se promueve la atención a los más pobres, pero no hay un programa de gobierno que fortalezca a la población para que deje la pobreza y se convierta en clase media.

En Brasil, el programa de Bolsa no Familia impulsado por Lula Da Silva, sacó de la pobreza a 8 millones de brasileños y los volvió clase media. Este se enfocó en fortalecer la educación, alimentación y servicios básicos derivando en que las personas se volvieran motor económico del gigante sudamericano. En cambio, en México las transferencias económicas son insuficientes para la población que carece de vivienda, servicios básicos y alimento; las dádivas solo son un paliativo que no resuelve los problemas de raíz.

La Cuarta Transformación encaja en lo que se concibe como una revolución populista debido a que esta lleva a cabo una política de masas que suprime la revolución social. En este aspecto el oficialismo ha propuesto que busca reactivar los derechos sociales y programas que fortalezcan a los mexicanos más desfavorecidos, su política de masas se traduce en política social con la cual ha universalizado y elevado a rango constitucional los programas sociales.

La crítica a sus programas sociales es que no están adecuados para combatir todas las carencias como la alimentación o la salud, sino que solo se enfocan a un objetivo en este caso la educación, pero no rompe con el círculo de carencias. Las políticas sociales deben estar acompañadas de la creación de empleo para que estas logren sacar a la gente de su estado de postración. Por otro lado, la revolución populista está caracterizada por el hombre fuerte en la cúspide de la pirámide, que adopta rasgos paternalistas y autoritarios.

La visión del clientelismo proviene de la formación del líder de Morena quien creció y se formó dentro de la estructura autoritaria y populista del PRI, durante los sexenios de Echeverría y López Portillo. Su populismo le permitió mantener amplios márgenes de simpatía sin la necesidad de cuidar algunas declaraciones. Su carisma y retórica están dirigidos a los sectores menos favorecidos del país, por lo tanto, se sienten representados por alguien que se hace llamar un hijo del pueblo.