
Sebastián Godínez Rivera
Silvio Berlusconi fue uno de los políticos más emblemáticos cuando se habla del populismo en Italia y el mundo. Un empresario, estrella de televisión, político y fundador del movimiento Mediaset de derecha nacionalsta. Para algunos este personaje es el prototipo de Donald Trump y del populista moderno que desafía a las élites y enamora con el discurso a la gente desencantada.
Sin embargo, Berlusconi no solamente enamoró a sus electores que le dieron la mayoría para convertirse en Primer Ministro de Italia (2008-2011). El político era conocido por su debilidad por las mujeres y sus escándalos amorosos a lo largo de su vida. Durante el primer lustro de los años sesenta, se casó con Carla Elvira Lucia Dall’Oglio.
Duraron casados 19 años, pero el populista y su esposa se convirtieron en tendencia ante la opinión pública; Berlusconi decidió comenzar un romance con la actriz Verónica Lario quien en ese momento aparecía en la puesta en escena “El magnífico cornudo”. Mientras se daba por concluído su primer matrimonio, tuvo un hijo con la actriz y cinco años después en una ceremonia cívica contrajeron nupcias.
En 2009, cuando ya era premier de Italia, Lario le pidió el divorcio debido al estallamiento del caso Ruby, en el cual se señalaba a Berlusconi de participar en grupos que promovían la prostitución infantil. A eso se sumó que la actriz encontró fotos en las cuales aparecía “el ministro corazones”, como lo llamaban algunos medios.
Otra mujer que marcó a Berlusconi fue Noemi Letizia, una joven que había cumplido 18 años. El escándalo no solamente fue por su asistencia a su fiesta, sino porque una lista de regalos costosos marcó sus amoríos con la joven. Joyas, ropa y otros bienes de alto valor que pusieron en el ojo público al político.
Como ocurre en los países democráticos y que ejercen la rendición de cuentas, el parlamento quería saber los detalles de su relación. Sobre todo, porque era el jefe de gobierno y la cabeza de la política interna, no era un escándalo menor; aunado a que se especuló que los regalos habían sido pagados con dinero del erario. Cabe destacar que este tipo de investigaciones no se realizan por morbo, sino que al ser un personaje público están obligados al escrutinio.
Mientras el escándalo consumía al premier, el divorcio con Verónica Lario terminó en el Tribunal de Milán quien ordenó a Berlusconi a pagar en primera instancia hasta tres millones de euros al mes a Lario, una cifra que luego fue reducida a 1,4 millones de euros. Cuando Berlusconi aspiraba a mantenerse en el gobierno, descartó a su amante como prospecto a primera dama.
Esto no detuvo al premier quien se enamoró de Francesca Pascale quien era la presidenta del club de fans de Berlusconi. Nunca contrajeron nupcias, pero de todos sus amores fue la única que logró cobrar la pensión del ex jefe de gobierno. Sin embargo, fiel a su mal hábito de empalmar relaciones; Berlusconi en 2020 comenzó un romance con la diputada del partido Forza Italia, Marta Antonia Fascina.
Fascina y Berlusconi celebraron un enlace simbólico para afianzar su noviazgo en el mes de marzo de 2022. El político italiano no solamente sedujo a los italianos con un discurso antisistema, actitudes polémicas y agresivas, pero también conquistó varios corazones, al punto que se ganó el mote del ministro corazones. Berlusconi al igual que otros personajes del mundo, no solamente destacaron por su carisma, sino por sus romances.
