La Ley de Murphy

Por sus frutos los conoceréis

Mateo 7:15

Pasados los días después de la jornada electoral hoy se sabe que los nueve ministros de la Suprema Corte y los tres magistrados del Tribunal de Disciplina serán perfiles afines a Morena, aún no sabemos si a Sheinbaum o a López Obrador; eso se verá en sus sentencias, aunque dado el principio de fruto del árbol prohibido, usted podrá imaginarse a quien le darán la razón.

Una elección perfecta para Morena, sin candidatos rivales, sin vigilancia de las autoridades electorales, una fiscalía federal en materia, que al igual que su anterior titular sigue en el sueño de los justos, porque no se vio una sola denuncia en todo el proceso electoral; vaya todo el aparato del Gobierno Federal y su partido operando en tierra.

El resultado es 13 por ciento de participación, incluso restando la proporción de votos nulos y casillas en blanco, solamente se alcanzaría un 10 por ciento de votación efectiva.

Esto no es nuevo para Morena, en la revocación del mandato en 2022 participó el 17 por ciento, en cambio la consulta para el enjuiciamiento a los expresidentes, un año anterior, fue del 7 por ciento, por lo que podríamos afirmar que este es un resultado esperado para la presidenta.

Y me parece que es un error, pensar que es una derrota para el Gobierno Federal y su partido, más aún enfrascarse en un resultado completamente esperado, en términos del número y no observar el ensayo del crimen.

Morena ya ha capturado a los tres poderes de la Unión, un atisbo minoritario de oposición aún patalea en el Congreso, sin poder real para impedir una reforma constitucional; pero la captura absoluta del Gobierno es ya un hecho.

No necesitaban la elección judicial, esto solo es parte del circo, podían capturar al poder judicial en este sexenio con el reemplazo de cuatro ministros y los consejeros de la judicatura para ir llenando los espacios de personajes afines.

La captura de las instituciones comenzó el dos de junio de 2018, la incapacidad de las oposiciones, partidos, organizaciones civiles, academias y algunos otros actores, para detener este proceso es evidente.

No hay espacios de la vida pública donde Morena no haya colonizado, los organismos autónomos que restan, CNDH, FGR e INE están completamente cooptados, los que no lo están, han desaparecido.

Si algún lugar falta quizá son las Universidades, pero algunas como la UAM, no ocultan su preferencia con el Gobierno; que decir de los medios de comunicación que responden con cierta crítica, la necesaria para mantener el discurso que en México hay libertad de expresión.

Mismo caso con los tres partidos de oposición, sea agrupados o divididos hoy día no tienen la fuerza de cara a la elección del 27, para quitarle la mayoría a Morena, sirven entonces para validar la supuesta pluralidad del régimen político.

El crimen vendrá en las próximas elecciones, ya no habrá necesidad del ensayo con acordeones; aquí la Presidenta quiso comprobar la lealtad de Tribunal y el Instituto electorales, quienes no dijeron ni pío, ante el descaro del oficialismo en campaña.

Aunque la sociedad civil encuentre algún liderazgo y los partidos quizá puedan arroparlo, tendría que ser una victoria aplastante para que se reconozca un cambio en 2030.

Pero todos los actores de oposición han fallado en el diagnóstico de su némesis, el cuál subyace en su palabra inicial “Movimiento”, Morena nunca dejará de moverse, año con año, va a convocar a sus bases a las urnas, mientras las oposiciones sigan estáticas, la presidenta y su partido podrán ensayar sus crímenes.