
Por Alberto Pacheco
Si bien es cierto, que Puebla cuenta con un potencial increíble, para convertirse en una Entidad dinámica, moderna y generosa, capaz de detonar el desarrollo del conjunto de sus ciudadanos, se ha quedado meramente en eso, potencial y nada más.
Si lo equiparamos con el fútbol, seríamos la viva imagen de la selección mexicana, esa que cada 4 años pinta para finalmente llegar al 5to partido y termina por no pasar absolutamente nada y al igual que nuestra gloriosa selección de fútbol, cada nueva administración que llega, promete que ahora sí, Puebla será el epicentro del desarrollo en México y… purititas mentiras.
Cuando Olivia Salomón tomó las riendas de la Secretaría de Economía Estatal, el entonces gobernador Barbosa, la presentó como una gran empresaria –sigo sin saber de qué- que dinamizaría a la economía de Puebla y sobre todo, que se encargaría de aterrizar las grandes inversiones que tanto le hacen falta a Puebla, pero el resultado, fue algo peor que un gran fiasco.
Pasamos del lugar 16 en competitividad, al penosísimo lugar 28, e incluso en esos años de su gestión, la mismísima Tlaxcala nos había superado, algo realmente inaudito.
Por otra parte, se la pasó anunciando la llegado de inversiones, como la de Tequila Don Ramón o LINK EV de autobuses eléctricos y jurando que las pláticas estaban avanzadas con grandes automotrices, pero al final, no llegó una sola nueva planta productiva, cero…
Por lo tanto, cuando el tiempo prácticamente se le había acabado y a sabiendas de que nada de eso sería realidad, cambiaron la retórica y se enfocaron en maximizar los anuncios de reinversión de empresas ya asentadas en Puebla, como las de VW, AUDI o Faurecia, que en realidad, son solo parte de la dinámica natural de las actividades de dichas empresas, es decir, escalar algún proceso o mejorar los ya existentes mediante alguna ampliación de procesos o la remodelación de instalaciones.
Ya durante el periodo de transición del Gobernador Alejandro Armenta, se realizó incluso, un viaje a Alemania, en el que supuestamente se habían logrado grandes acuerdos y que muy pronto, se haría el anuncio de la llegada de una gran empresa de autos eléctricos, algo que finalmente no sucedió y en algunas apariciones, el ex gobernador Sergio Salomón, mencionó, que se cayó el proyecto, debido a las “altas exigencias” de dicha empresa, que algunos especulan que fue BYD y algunos otros, que no, que fue GEELY, aunque a título personal, no creo que siquiera hayamos llegado al punto de decisiones críticas, en el proceso de negociación.
Sea como sea, el resultado, al final, es el mismo; no ha llegado una sola inversión relevante a Puebla en más de 10 años y la situación, parece que no cambiará, pues, aunque la muy noble visión del gobernador es muy ambiciosa e ilusionante, la articulación de la misma, sobre todo, desde la Secretaría de Economía Estatal, simplemente no camina.
Seguimos sin una política industrial que acompañe a la visión del gobernador, pues mientras Querétaro, Jalisco, Aguascalientes y BCS, tienen una serie de incentivos muy agresivos para atraer empresas del sector tecnológico, en Puebla, pareciera que estamos esperando, si de milagro, nos cae un cachuchazo de entre todas las empresas que están y quieren llegar a esas entidades.
No hay una sola política pública medianamente innovadora para estimular que al menos, medio nos volteen a ver, y el Secretario, pareciera estar obstinado en copiar lo que hizo Olivia Salomón –nada- mediante infinidad de posteos en redes sociales, de las reuniones que tiene con cada emprendedor, cámara, embajador o empresa y diciendo que se logran x o y acuerdos que traerán grandes resultados –que no se ven por ningún lado-.
A Querétaro llegaron Amazon Web Services, Alibaba Cloud, Microsoft, Boeing, Kio, entre otras.
En Jalisco se asentaron Oracle, Cisco Systems, Wizeline, Kodak e Intel, además de varias de las startups más prometedoras y ya varios unicornios.
En BCS llegó QUALCOMM y está atrayendo a un importantísimo grupo de empresas de la cadena de valor de los semiconductores.
Y juntas, representan más del 95% de nuevas inversiones en el sector de la innovación que llegan a México, teniendo como características similares:
- Una sólida e instrumentada política industrial paralela a su visión de desarrollo.
- Grandes incentivos fiscales, en infraestructura e incluso, económicos.
- Energía y agua suficientes.
- Programas ambiciosos para el desarrollo de talento híper especializado.
- Políticas activas de inteligencia económica y atracción de inversiones, tales como agencias especializadas tipo ProMéxico.
Y en Puebla, bueno, tenemos un montón de tianguis, cooperativas, la marca 5 de mayo, muchísimos nuevos bares, botaneros y centros de diversión nocturna, que a menos de que yo, esté en un error, no tienen nada que ver con una Puebla tecnológica, innovadora y moderna.
Algunos ayuntamientos, se esfuerzan por consolidar sus vocaciones productivas mediante la generación de ofertas turísticas atractivas y eventos culturales de primer nivel, pero de ahí en fuera, la gran mayoría de ayuntamientos, al igual que nuestra secretaría de Economía, están en el letargo absoluto.
Y mientras el gobernador Alejandro Armenta o no meta en cintura a los funcionarios o los sustituya por personas a la altura de su visión, nuestros mejores ingenieros seguirán dando mantenimiento a los sistemas de alguna cafetería o restaurante, instalando video cámaras o en el mejor de los casos, ensamblando autos, pero no, como nos dijeron que estarían: diseñando semiconductores, programando IA, desarrollando unicornios tecnológicos, etc.
Necesitamos urgentemente empresas de talla mundial que diversifiquen y enriquezcan nuestro ecosistema productivo, que generen desbordamientos de conocimiento e innovación hacia las Mipymes locales y hacia nuestra mano de obra.
Necesitamos empresas que ofrezcan salarios que atraigan y retengan a nuestro mejor talento.
Necesitamos que lleguen empresas que estimulen la competencia basada en creatividad e innovación.
Y esto, no es una sencillamente una demanda, es una urgencia, para un paciente que se muere de nada…y se llama, Puebla.
Ya más de 10 largos años desde que llegó nuestra última gran inversión, hasta pareciera que nos queremos alinear a nuestra poderosa Puebla de la Franja, que tiene 35 años sin ser campeón.
Vaya que el fútbol nos une…
¡nos vemos cuando nos leamos!
