Alejandro Guillén Reyes

El asesinato de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, ha sacudido nuestra conciencia.Sus palabras, sus ideas, sus discursos, así como las imágenes del momento en que fue asesinado, han quedado grabados no solo en lo que circula en redes sociales, sino en la memoria de todos quienes creemos, al igual que él, que a los criminales no se les abraza, sino que se les combate con la fuerza del Estado y con la ley en la mano; con la convicción de que solo así podremos dejarles a las futuras generaciones un México sin violencia y en paz.

Más allá de los cuestionamientos realizados con respecto a la falta de apoyo por parte del gobierno federal y el fracaso de la escolta que lo protegía, el “señor del sombrero” (como le decían en Uruapan) nos dejó varios temas que reflexionar sobre la posición que debemos asumir para enfrentar a la delincuencia que está azotando distintos territorios a lo largo y ancho del país. Un tema en particular apela a nuestra conciencia individual y colectiva, y parece fundamental reflexionarlo en estos momentos de indignación:vencer el miedo para enfrentar a los criminales.

Carlos Manzo tuvo miedo de que lo asesinaran, pero el miedo -decía él- hay que enfrentarlo con valentía y con la convicción de que para devolverle la paz a la comunidad es necesario denunciar y combatir a los malhechores. Como servidor público y como gobernante venció el miedo y asumió su responsabilidad.

Sobre esto debemos cuestionarnos: ¿por qué los gobernadores y presidentes municipales no vencen el miedo y exigen públicamente el apoyo del gobierno federal, de la Guardia Nacional, del Ejército o de la Marina con la vehemencia con la que Carlos Manzo lo hizo sabiendo que varios territorios de su jurisdicción están siendo explotados por la criminalidad organizada? 

Por otra parte, ¿hasta dónde el miedo tiene paralizada a la ciudadanía y nos hace voltear para otro lado en el momento en que a nuestros vecinos los están asaltando, extorsionando o asesinando?

Criticamos al gobierno federal de haber dejado solo a Carlos Manzo en su batalla contra la criminalidad organizada, pero ¿acaso no les hemos hecho el vacío o hemos dejado solas a las contadas organizaciones de la sociedad civil, a periodistas y ciudadanos que,arriesgando su integridad física y moral, han dado un paso al frente para denunciar públicamente a los políticos corruptos coludidos con los criminales?¿Acaso no les hemos negado el apoyo de cualquier tipo incluyendo un “like” a su trabajo difundido en redes sociales?

También se ha visto en todos estos años que con sólo exigir justicia y que no haya impunidad por parte de “los abajo firmantes” no hemos llegado lejos en la lucha contra la inseguridad. Llevamos años repitiendo la misma receta una y otra vez y la inseguridad sigue e incluso ha aumentado.

Con el asesinato de Carlos Manzo ¿el miedo nos va a acabar de paralizar?

Paralizarse frente al avance de los políticos que hacen pactos electorales con delincuentes también nos puede costar la vida.

En estos tiempos en que muchos de los municipios del país viven momentos críticos en materia de seguridad, gobierno y ciudadanía debemos vencer el miedo y hacer lo que nos corresponde.

Lo que en poco tiempo hizo el presidente municipal de Uruapan puede ser un ejemplo que, replicado en muchos municipios, puede cambiar el rumbo de la historia de este país. Él ya cumplió a cabalidad con su responsabilidad, ahora nos toca cumplir con la nuestra. 

Descanse en paz el joven político michoacano Carlos Manzo, ejemplo de lo que debe hacer un gobernante para proteger a su pueblo frente a los criminales.

M: alejandroguillenmex@gmail.com

X: @aleguillenr

FB: Alejandro Guillén

W: alejandroguillen.com.mx

YouTube: @aleguillenr