Malinalli García Ruiz
@malinalligr

El mes de junio se ha instaurado como el mes del orgullo LGBT+ para visibilizar la lucha de
estos colectivos por su libertad y ejercicio pleno de sus derechos. Se eligió que fuera en
esta fecha para conmemorar los hechos de represión y censura que se vivieron en 1969,
en el bar Stonewall Inn en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
De ahí que se haya decidido que cada 28 de junio se conmemore el Día Internacional del
Orgullo LGBT+, se realicen eventos, se propongan iniciativas de ley y manifestaciones en
favor de esta comunidad, además de visibilizar todas las problemáticas que enfrentan en
todo el planeta.
En pleno siglo XXI aún existen grupos ultra conservadores y de diversas religiones en el
mundo que siguen practicando y defendiendo las llamadas terapias de conversión,
-ECOSIG-, las cuales han sido manifestaciones de intolerancia, discriminación y tortura
contra la libertad de decidir y de la diversidad de estas personas, se escudan en la falacia
de que la homosexualidad es una enfermedad y se puede curar, sin respetar su
autopercepción.
La homosexualidad fue eliminada por la Asamblea General de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) de la clasificación internacional de enfermedades mentales hasta 1990, a
esto obedece que uno de los lemas de este movimiento es “nada que curar”.
El estado de Puebla recientemente a inicios del presente mes de junio prohibió las
“terapias de conversión”, los diputados locales aprobaron castigar de uno hasta tres años
de prisión a quienes apliquen tratamientos psicológicos, psiquiátricos, religiosos para
cambiar la orientación sexual de una persona. Desgraciadamente no hubo consenso en
esta iniciativa y no fue aprobada por unanimidad, 8 legisladores del ala conservadora se
pronunciaron por la abstención, evidenciando su falta de compromiso hacia este sector de
la sociedad.
Además dentro de la problemática que aún enfrenta la comunidad LGBT, se encuentra la
intolerancia hacia la diversidad y lo diferente, un amplio sector conservador y homofóbico
en el mundo defiende el modelo tradicional de la familia y se escandaliza por otros tipos
de “familias” que están vigentes, de ahí la reciente embestida y censura a la película de

dibujos animados de Disney “Lightyear” por mostrar un beso entre dos mujeres que son
madres.
Esta censura se escuda en el movimiento encabezado por grupos religiosos y
ultraconservadores como Vox, que han inventado el famoso y tóxico Pin Parental, con el
lema de que “a mis hijos los educo yo”, prohibiendo la educación sexual integral de los
menores de edad, evitando también que se les eduque en la equidad de género y
derechos humanos.
Sin duda nos enfrentamos como sociedad a la embestida de la derecha ultraconservadora
que busca a toda costa imponer su visión y mandatos, sin respetar a los que no piensan y
actúan como ellos, aunque esto represente una grave violación a los derechos humanos
de millones de personas. Por ello la importancia de seguir visibilizado esta intolerancia y no permitirla.