
Juntos y felices, así lucieron los gobernadores aún panistas Maru Campos de Chihuahua y Mauricio Vila de Yucatán, durante el Amlofest realizado en el zócalo capitalino para celebrar los 3 años del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque azules, Maru y Mauricio aplaudieron como si llevaran su morenismo de closet, olvidando por unas horas su fidelidad a «Manuel Gómez Morín».
Sin embargo, no fueron los únicos que anduvieron entre la llamada masa morenista.
Ahí también aparecieron los priistas Alfredo del Mazo, Alejandro Murat y el perredista Carlos Joaquín, Gobernador de Quintana Roo.

Más allá de la molestia que se manifestó de parte del CEN del PAN por la «cómoda actitud» de sus gobernadores, es una realidad que algunos de estos personajes empezaron a tejer los puentes, no sólo para conseguir chamba y negocios luego de sus mandatos, sino para prender otra veladora política que en determinado momento les facilite el salto mortal hacia Morena.

El respaldo de estos mandatarios exhibió el pago de facturas que desde Palacio Nacional se cobra a quienes están en el grupo de los gobernadores privilegiados, a quienes se les consiente como si realmente fueran morenistas de cuño.
Los llamados «Amlovers de closet» juegan en dos aguas para medir por dónde y de quién tendrán la mayor protección que les garantice su subsistecia política, aunque ello implique cambiar de camiseta.
Y sino, al tiempo.
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