Por Ruby Soriano

El enfrentamiento que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador mantiene con sus opositores, llegó a su clímax este fin de semana, cuando excedió su poder al revelar datos e información personal de un comunicador, que más allá de su profesión, nos obliga lanzar una alerta sobre el actuar de quien gobierna el país.

Vivimos en un escenario de alta polarización social, lo que nos obliga no sólo a periodistas y comunicadores a emitir una opinión sobre el actuar de un mandatario que se ha lanzado a una guerra de descalificaciones y advertencias, vulnerando aún más, al gremio periodístico, donde medio centenar de profesionales de la comunicación, han sido asesinados durante el actual sexenio.

En los Alquimistas del Poder abrimos el espacio a las opiniones de colegas y sociedad, pues es momento de hablar, opinar, escribir y no amordazar. 

Lo que pasó es muy grave.

Estamos tomando el más peligroso de los caminos, al cruzar el umbral y atacar de manera frontal desde el poder público a alguien que no opine igual que un gobernante.

El Estado debe garantizar los derechos de todos por igual y no utilizar las instituciones públicas para atacar a una persona que está haciendo su trabajo.

No nos extrañe que en lo que va del año seis colegas periodistas hayan sido asesinados en México, cuando en Puebla los periodistas críticos también estamos sufriendo el acoso del Gobierno del Estado.

Este es un parteaguas que afecta directamente la libertad de expresión.

Hoy el Presidente cometió un delito muy grave, atacó la democracia, la libertad de expresión y puso en riesgo no sólo la integridad de un periodista, sino de todos los mexicanos.

No hay que olvidar que el periodismo genera contrapesos y los ataques sistematizados desde el poder deben preocuparnos a todos, pues quedarnos sin voz, es quedarnos sin democracia. * Carolina Fernández

Tenemos un Presidente delincuente que violenta la ley.

López Obrador violentó el artículo 16 de la Constitución de este país, que protege los datos personales de todos los ciudadanos.

Esto es parte de una campaña negra proveniente del régimen contra el periodismo crítico.

Lo que sucedió, va más allá del propio enfrentamiento con el periodismo, porque esto se lo pueden hacer a cualquier ciudadano que les incomode por alguna razón.

Ahora vemos que el SAT a cargo de Raquel Buenrostro es otra arma en contra de los ciudadanos, quienes estamos a merced de estos rufianes, que no tienen empacho en utilizar los datos personales de los ciudadanos.

Me parece gravísimo que un Presidente que juró hacer cumplir la Constitución, se orine encima de ella, la pisotee, la escupa en cadena nacional.

Es necesario repudiar esta acción por todas las vías.

Los periodistas que criticamos al régimen, estamos expuestos a que se utilice el poder del Estado en nuestra contra.

En Veracruz gobierna un simulador y que intenta imitar al Presidente en todo.

No nos extrañe que al rato los periodistas críticos en Veracruz tengamos al Estado encima de nosotros, investigándonos y dando a conocer, nuestra información personal para exhibirnos.

Si el que cobra como gobernador en Veracruz no tuvo empacho en pelearse y humillar a una reportera en una conferencia de prensa, qué no serán capaces de hacer.

Me parece terrible lo que está pasando en México y ojalá la sociedad se dé cuenta de lo que esto implica.

Esto un ataque contra la libertad de expresión y la protección de los datos personales de un ciudadano y un contribuyente y que se puede extender a cualquier persona en este país. *Aurelio Contreras

Hay dos derechos humanos que son consustanciales a la democracia: el derecho a la información y el derecho a la privacidad.

Es importante entender esto porque al hacerlo comprendemos los riesgos de vivir en un régimen que no tutele y garantice estas dos prerrogativas fundamentales.

El derecho a la información tiene tres diferentes dimensiones: los derechos a atraernos información; a informar y a ser informado.

Lo anterior significa que tenemos derecho a:

1) acceder a datos que están en posesión de entes públicos y que son producto de sus funciones -derecho de acceso a información pública- . 2) Seleccionar libremente los medios a través de los cuales queremos informarnos. 

3) Expresar libremente nuestras opiniones y poder constituir medios informativos. 

4) Derecho a recibir información oportuna, universal, completa.

El derecho a la información tiene una dimensión individual y garantiza el primero y más elemental derecho que debemos tener: el derecho a pensar libremente y a expresar ese pensamiento, y dimensión colectiva: el derecho a que las personas accedan a datos de interés público y al pensamiento (opiniones) de otros.

Los derechos informativos por lo tanto son esenciales para poder hablar de democracia porque sólo si se garantizan y se dan las condiciones para su pleno ejercicio podemos informarnos, deliberar y opinar públicamente.

Por cierto, la deliberación pública es el único elemento que se ha mantenido como rasgo de un régimen democrático desde el nacimiento de la democracia en la antigua Grecia hasta la actualidad.

Es decir, sin deliberación pública amplia y libre no se puede hablar de democracia.

Finalmente, el derecho a la información y la libertad de expresión son derechos instrumentales, lo que significa que son herramientas o instrumentos para el ejercicio de otras prerrogativas como el derecho a la educación, a la salud, a un medio ambiente sano, etc.

Por todo lo anterior, el marco jurídico del sistema interamericano otorga la mayor protección que hay en el mundo a los derechos informativos.

En su jurisprudencia, la Corte Interamericana ha dejado claro «el alto valor» que se le otorga a esta prerrogativa por su relación con la democracia y por su función instrumental para el ejercicio de otros derechos. *Lilia Vélez Iglesias

“Hay lobo vestidos con piel de oveja”.

Lo sucedido en la mañanera es inaudito. Nadie tiene derecho a divulgar lo que percibe cualquier persona en este país, sea de la profesión que sea y más cuando tu trabajo es público e incluso labora en varios lugares.

Lo que tú ganes es un acuerdo privado con la empresa para la que se labora.

Ningún gobernante puede venir a cuestionar cuánto ganas, porque es un asunto entre particulares y no público.

El ataque es lo que usan quienes no tienen argumentos para defender lo indefendible. *Luis Pavón

Lo sucedido en la sección mañanera del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es un ataque frontal no sólo a la libre expresión sino a la ciudadanía en general.

Este señor está usando recursos públicos, del Estado, para agredir, criticar a los mexicanos, dígase periodistas, empresarios, políticos, etc

El Presidente cometió un delito al dar a conocer lo que supuestamente gana el periodista Carlos Loret de Mola.

No porque sea el Presidente no se le puede juzgar y castigar. Ya basta de tanta impunidad.

Ya es hora de que la sociedad y las instituciones le pongan un alto a tanta mentira todos los días.  Mentiras dirigidas a la clase más pobre de este país, quienes son los únicos que le siguen creyendo.

En lugar de eso, el Presidente nos debería rendir cuentas de la pésima situación del país en el combate a la delincuencia, de la peor situación económica que se ha vivido en los últimos años, falta de medicamentos en el sector salud, entre otras muchas cosas. *Bertha Ritschard

El presidente Andrés Manuel López Obrador fue capaz de violar la ley, en público, para fijar la discusión en los ataques a los periodistas y que pase a segundo plano el tema central: ¿qué hacía su hijo viviendo en una casa propiedad de quien fue un alto ejecutivo de Baker Hughes?

Ambos temas debieran preocuparnos por dos razones sencillas:

A) El conflicto de interés, y quizá la corrupción, siguen en el primer círculo del presidente, como en el sexenio de Enrique Peña Nieto, sólo que ahora tenemos un ingrediente extra: el presidente es intolerante a la crítica.

B) Lo que esta vez hizo con Carlos Loret lo puede hacer con cualquiera que disienta, empresarios, activistas, académicos.

Tengamos claro que no se trata de Loret, se trata de no permitir agresiones de quien debe cuidar que no haya agresiones.

Hay, además, otro punto delicado: el presidente dio un ejemplo de qué hacer a todos los gobernadores y alcaldes con quienes les son incómodos: persíganlos. *Israel Velázquez

Durante la Segunda Guerra Mundial, en toda Europa se desataron campañas publicitarias gubernamentales contra grupos sociales específicos, presentados como la causa de los grandes males sociales, conspiradores, explotadores y mercenarios.

Una idea apoyada por las mayorías en países como Alemania e Italia, dominadas por una propaganda del odio que inculcaba ideas desde temprana edad, socavando la crítica a través del miedo, que tuvieron su escenario más cruel en los campos de concentración donde murieron millones de comunistas, judíos, masones, homosexuales, intelectuales, artistas, etc.

Todos, enemigos de la sociedad perfecta y pura prometida por “el caudillo” que conduciría a la madre patria a la luz y la prosperidad. El ideal fascista nunca llegó y terminó en muerte, destrucción masiva y separación física.

Hoy, el México confundido y extraviado, permite sin asombro un ejercicio similar, con un gobernante deshonesto e incumplido; que demuestra su inclinación a la extrema derecha al lanzar llamados a la persecusión, a la “solución final” contra sectores que atentan contra su idílica prosperidad, “bajo un solo pueblo, un régimen y un jefe”.

Violento en la función pública, Andrés Manuel López Obrador esparce su propaganda de odio todos los días, emulando los incesantes discursos del “Führer”, llenos de demagogia.

La tentación totalitaria es evidente en el presidente de México, que ha lanzado ataques mediáticos contra con las organizaciones sociales, las feministas, los activistas, los empresarios, las prensa crítica… en un marcaje político que les pone en la mira de huestes manipuladas y subyugadas por el interés, que podrían actuar en consecuencia. *Luis Fernando Soto

Me pareció muy preocupante esta situación que se suscitó en la mañanera, donde el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador abusando de su rango, violó la ley al dar a conocer los supuestos ingresos de un periodista, con el fin de intimidarlo.

Esto me parece muy lamentable porque no sólo se muestra como un ataque a la libertad de expresión, cuando alguien, en este caso Loret de Mola, hace evidentes casos de conflictos de interés y corrupción.

Y es lamentable no porque se trate de un periodista del que nos puede gustar o no su trabajo, sino porque con esta acción lanza un señalamiento de que López Obrador no acepta la crítica.

Y si no se piensa igual que él, entonces hay que atenerse a las consecuencias.

Con esto no sólo se daña la libertad de expresión, sino a la sociedad en general.

Habría que preguntarnos entonces, después de este suceso dónde están las leyes de protección de datos, dónde queda nuestra seguridad como personas, porque con esto nos queda claro que cualquiera que se oponga a la forma de ejercer el poder en un gobierno, puede ser exhibido.

Con esto el Presidente nos demuestras que es una persona antidemocrática.

Como académica y comunicóloga considero que esta situación nos obliga a ponernos en alerta.

Se ha prendido un foco rojo donde desde la sociedad tenemos que tomar acciones para frenar este escenario, donde se amenaza, se asesina y ahora también se persigue a los periodistas. *Beatriz Cruz Olivares

Es una guerra por el poder.

Es el extremo al que se ha llegado frente a la ausencia de una verdadera regulación en las relaciones entre el poder y los medios de comunicación. *Sergio Mastretta

Me parece que el Presidente ha cometido un abuso, está cometiendo varios delitos y transgrediendo la ley.

En su desesperación por no poder justificar la vida suntuosa que lleva su hijo, trata de descalificar a un periodista.

En este intento, ha cometido abusos y excesos a la ley.

Este es un hecho condenable que alienta a otros gobernadores como el de Veracruz y Puebla, a cometer excesos autoritarios como los del Presidente Andrés Manuel López Obrador. *Rodolfo Ruíz

El Presidente Andrés Manuel López Obrador traspasó una línea muy riesgosa donde excedió su poder y exhibió los datos personales de un comunicador.

Es verdad que atestiguamos una lucha por el poder, pero también es cierto que no se pueden minimizar los ataques de un Presidente que ha hecho a un lado su investidura para pasar por encima de los derechos que protegen la privacidad de los datos personales en México.

Considero que el país está en un momento de alto riesgo no sólo para el periodismo, sino para una sociedad altamente polarizada y que con estos enfrentamientos se pueden generar actos de violencia que todos lamentaríamos.

Es urgente sumar esfuerzos para hacer un llamado al Presidente de la República y exigir ante todo, la libertad para hacer un trabajo donde es válido investigar y evidenciar presuntos actos de corrupción de todos

aquellos que están en el ejercicio del poder.

Por su parte, el Presidente está en todo su derecho de la réplica y de presentar todos los argumentos que validen la defensa de su verdad, siempre que no sea con amenazas, denostaciones y persecuciones. *Ruby Soriano