Por Ruby Soriano

Hace muchos años que ejerzo la comunicación política desde mis propias trincheras.

Y desde ellas, intento mirar desde mi propia óptica a las mujeres y los hombres del poder con quienes voy cruzando caminos.

Es verdad que la Comunicación Política ha evolucionado para bien.

Las juventudes nutren de sabiduría e ingenio a los gobiernos, a las campañas electorales y a la sociedad civil.

He tenido la fortuna de hacer comunicación en tiempos de pandemia, donde se ha intensificado la revolución digital, sin dejar de valorar la importancia de priorizar el contacto presencial.

Soy acuciosa crítica de mi desempeño y del que acompaña a mi profesión, utilizada algunas veces, para disfrazar prebendas, negocios, complicidades.

Sin embargo, celebro el esfuerzo de muchos profesionales de la ComPol aplicados en la profesionalización y certificación de un ejercicio que no se hace sólo con un reflector o un video disruptivo. Esta profesión llama al gran ejercicio que también conlleva vincularnos a la academia, la investigación y la riqueza literaria que se halla en una diversidad de libros.

La comunicación política me ha permitido viajar, conocer lugares, personas, gobiernos, y también encontrar el oscurantismo del poder con los fraudes, las derrotas, la misoginia.

Hoy valoro caminar con ideales definidos sobre el concepto del ejercicio de Comunicación Política en tiempos de pandemia, donde mis ojos han volteado hacia la sociedad civil quien tiene una gran voz ahogada y ávida de ser escuchada.

México, América Latina y España compartimos el poder de la comunicación que nos da el idioma, pero también las ganas de revolucionar gobiernos que hoy aplacan movimientos, imponen dogmatismo, amordazan medios, ignoran violencia.

Frente a todos los vaivenes de sociedades y países vulnerados por la enfermedad, se agradece hacer de la Comunicación, una práctica continua y retadora para entender que el poder de la palabra y las letras, son un don atemporal.

Manifiesto mi gratitud al Consejo Editorial de la Revista Washington ComPol por incluirme en su lista de los 100 profesionales de la Comunicación Política 2020 con mayor influencia en América Latina y España.

Cierro este texto con una frase de mi autoría donde resumo mi adicción por esta profesión:

“La comunicación política también es desarmar al poder con palabras congruentes que lleven a lograr equilibrios en gobernanza y sociedad”.